SAS: 30 años de democratizar la analítica en las empresas en México

Por Héctor Cobo, VP Regional para SAS México, Caribe y Centroamérica

2022 será un año especial y sui géneris en muchos sentidos. Llega en medio de una realidad muy distinta a la que vivíamos al inicio de 2020, en la que la gente y las empresas han tenido que aprender a ser resilientes y adaptarse rápidamente a nuevos escenarios. En el último par de años se experimentó además una transformación digital acelerada que abrió paso a modelos de trabajo remoto e híbrido, y que cambió en extremo los hábitos de compra, educación y entretenimiento.

Este año es particularmente especial para SAS pues celebra 30 años de acompañar a las organizaciones del país en sus proyectos de analítica e innovación, a lo largo de los cuales hemos sido testigos de avances en la manera de utilizar los datos y los insights que se desprenden de ellos para tomar decisiones críticas y afrontar disrupciones que han tenido un impacto significativo en los ámbitos locales y globales.

Tres décadas de historia nos invita a reflexionar sobre cómo era entonces trabajar y colaborar al interior de las organizaciones, y lo monolítica que era la tecnología de entonces. Hablamos de enormes centros de datos con hileras de servidores y ruteadores, sistemas redundantes, y un numeroso equipo de TI a cargo de su gestión y mantenimiento.

En cuanto a la gestión y análisis de datos, éstos eran realizados por expertos que no siempre estaban en comunicación con el resto de las áreas de una organización, lo que representaba un obstáculo para tomar decisiones rápidas y certeras sobre todos los aspectos del negocio.

Por fortuna, la integración de modelos, gráficos, tableros y herramientas más intuitivas han emparejado el terreno para abrir la puerta a colaboradores que no tienen una formación técnica pero sí de negocios, y quienes tienen acceso a los datos empresariales y los recursos analíticos para determinar, de manera coordinada, el rumbo que tomará la organización en su conjunto.

De este modo, la analítica ya es una parte inherente de las empresas, un commodity, que sirve como una base sólida sobre la que innovaciones como la inteligencia artificial, el machine learning, el Internet de las Cosas y la inteligencia de clientes, estrategias como la seguridad y gestión de riesgos, se consolidan.

Por otro lado, la migración de la analítica a la nube ha generado mayor resiliencia y capacidad de reacción ante los cambios en el mercado y los altibajos políticos, sociales y sanitarios. Más aún, la ha hecho más accesible a un universo cada vez mayor de empresas que la han convertido en su estandarte para enfrentar a su competencia y seguir prosperando en la nueva realidad que va tomando nuevas formas.

Lo anterior se potencia cuando los líderes empresariales motivan y nutren la curiosidad de sus colaboradores. En un contexto como el actual, para resolver los problemas es necesario tener creatividad, la cual requiere curiosidad. La curiosidad se considera una de las habilidades más valiosas para afrontar los cambios y reinventar cada día la manera en que se gestionan los negocios. Y va más allá al contribuir a la retención de empleados y la satisfacción laboral, así como a la creación de lugares de trabajo más innovadores, colaborativos y productivos.

La evolución de los negocios y la tecnología de la que hemos sido testigos en los pasados treinta años ha desembocado en una transformación digital que ha avanzado a pasos agigantados en prácticamente todas las industrias, como retail, banca, salud, manufactura y telecomunicaciones. Esta digitalización también se ha enfatizado en áreas como el conocimiento de los clientes, campañas de mercadeo mejor dirigidas y más efectivas y el mejoramiento de procesos internos.

En este sentido, la inteligencia del cliente (CI) está permitiendo hacer una mejor planeación ante los constantes cambios que seguirán ocurriendo en los patrones de compra y en el comportamiento de los consumidores. En la era pos pandémica, los entornos físicos y digitales se combinan (phygital) para generar una nueva generación de datos, cuyo análisis será fundamental para ampliar el conocimiento de los clientes.

Por otro lado, la gestión del riesgo adquiere una nueva dimensión para las instituciones financieras al ayudarlas a enfrentar la volatilidad económica mediante una mejor gestión de su cartera de servicios. En particular, la banca realiza hoy pruebas de estrés para conocer el nivel riesgo a partir del conocimiento exacto de sus reservas, y anticiparse a los posibles escenarios en caso de una disrupción que pudiera afectar el pago de créditos, por ejemplo. Para el sector es crítico identificar a los usuarios no bancarizados y conocer su perfil para ofertarles créditos y la amplia gama de servicios bancarios tradicionales y nuevos.

Otro rubro que vale la pena destacar, y su avance en las tres décadas recientes, es el de la prevención de fraudes. Malas prácticas como el robo de identidad y el lavado de dinero encabezan la agenda actual de las empresas, por lo que estas dedican recursos y talento para operar los sistemas dedicados a identificar las actividades ilícitas. Lo anterior es clave en un momento en que las regulaciones son complejas y los gobiernos definen lineamientos más estrictos.

Por último, la creciente implementación del IoT y de millones de sensores, cuyos datos son procesados y analizados en el borde, han logrado optimizar las cadenas de producción e impulsando la automatización. Complementados con inteligencia artificial y machine learning, permiten a las empresas identificar las señales y los datos del mercado para anticipar resultados, optimizar la planeación empresarial, automatizar la gestión de inventarios, entre otros.

Lo cierto es que en el tiempo en que hemos estados presentes en el mercado mexicano, hemos establecido alianzas robustas con nuestros socios e integradores para, juntos, poner en práctica nuestra curiosidad para conocer a fondo a nuestros clientes, saber hacia dónde se dirigen y qué es lo que necesitan para seguir prosperando en un mercado altamente competitivo. Además, hemos simplificado nuestras soluciones a tal grado, con interfaces amigables, que el usuario las puede entender y puede tomar decisiones en tiempo real.

Sin duda, la analítica también se está volviendo más humana. No solamente está resolviendo problemas de negocio, sino que también contribuye a generar un mejor mundo con ciudades más inteligentes, al desarrollo de medicamentos más efectivos y para conocer el comportamiento de los fenómenos sanitarios, políticos, económicos y sociales que llevan a un impacto positivo para la población en general.