HISTORIAS DE USUARIOS

P: Descubrió muy pronto que se le daba bien resolver problemas. ¿Cómo surgió esto al principio de su carrera?

R: Después de dejar el ejército, conseguí un trabajo en una aerolínea en Texas, y uno de mis trabajos consistía en calibrar herramientas de precisión. Tenía que hacer un seguimiento de los productos químicos, así que si, por ejemplo, alguien sacaba pintura, teníamos que pesarla cuando salía y pesarla cuando volvía para ver la cantidad utilizada. Un fin de semana, un equipo vino y actualizó todas nuestras máquinas de Windows NT a Windows Server 2010 y descompuso el programa que habíamos estado utilizando. Aunque no era mi trabajo, acabé yendo al trabajo, encontrando los viejos servidores que habían desconectado y volviendo a parchearlos en la red para que pudiéramos seguir haciendo nuestro trabajo y no estar en violación con la EPA. Después de eso, hubo una pequeña nota en su publicación interna que decía que había ahorrado a la empresa decenas de miles de dólares en posibles multas.

P: Después de trabajar en la aerolínea, volvió a estudiar y se licenció en informática. ¿Cómo se produjo esa transición?

R: Estuve en ese trabajo 11 años, pero al final me ofrecieron un paquete de compra y lo acepté. Empecé a hacer un par de cursos en la Texas Woman's University, donde acabé yendo a tiempo completo. Al principio iba a hacer una doble licenciatura en Ciencias Políticas e Informática, pero alguien que dirigía una iniciativa de becas STEM de la Fundación Nacional de la Ciencia se puso en contacto conmigo. Me enteré de que si abandonaba la carrera de Ciencias Políticas y me especializaba en STEM, podría optar a una beca, así que lo hice, y más tarde me especialicé en Matemáticas.

P: ¿Llegó a resolver algún problema informático interesante mientras estaba en la universidad?

R: Participé en unos eventos llamados Repair Rallies, en los que la gente traía sus ordenadores y nosotros diagnosticábamos sus problemas o ejecutábamos programas antivirus, lo que necesitaran. La mayoría de los problemas estaban relacionados con el software, aunque hubo un caso en el que a alguien se le había caído una pesa sobre el teclado. Tuvimos que desmontar el teclado y volver a unirlo.

P: Con el tiempo, obtuvo un máster en matemáticas, ¿verdad?

R: Sí, empecé mis cursos de posgrado en primavera de 2013 y terminé los cursos en otoño de 2015, pero acabo de obtener mi máster este semestre. Es porque tuve que escribir mi tesis... y ahora volvemos a lo de escribir. No me importa escribir, pero me resulta más difícil. Pero lo conseguí y hace poco defendí mi tesis.

P: Tuvo la suerte de conseguir un trabajo en el que también obtuvo sus títulos: Texas Woman's University. ¿A qué se dedica allí y cómo influye el SAS?

R: Soy arquitecto de almacenes de datos. Soy la única persona que desarrolla el modelo de datos, lo programa, todo. También atiendo peticiones ad hoc, por eso tengo que ser lo más eficiente posible. Soy un gran partidario de la programación modular, lo que significa que si siempre estás haciendo una determinada tarea, debes escribirla como código repetible -en SAS es una macro- y luego, cuando la necesites, sólo tienes que llamar a la macro. De ese modo, cada vez que tenga que actualizar ese proceso, lo actualizará en un solo lugar. Yo mantengo nuestra biblioteca de macros, así que cada vez que cambia algo soy yo quien lo hace.

Somos el único grupo del campus que utiliza SAS fuera de un entorno académico. Tenemos unos 15,000 estudiantes y queremos incorporar la analítica como las escuelas más grandes, pero por supuesto nuestra financiación es diferente; nuestro equipo está un poco más repartido. Pero yo diría que utilizo Base SAS varias veces a la semana.