Por qué los bancos deben evolucionar su enfoque del riesgo climático y ESG.
Por: Renato Fiorini, director de Soluciones de Riesgo para SAS en Americas
Los bancos, los reguladores, los consumidores, los inversores y otras instancias insisten cada vez más en la importancia de gestionar una serie de riesgos medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por las siglas en inglés). Sin embargo, las conversaciones sobre un marco ESG entre las comunidades de riesgo y cumplimiento suscitan respuestas aparentemente contradictorias.
Los responsables de cumplimiento dicen cosas como:
- "Los criterios ESG hacen demasiado hincapié en el riesgo climático y las emisiones de efecto invernadero".
- O "los ESG deberían ser más una cuestión de información que de gestión de riesgos".
Los administradores de riesgos suelen decir:
- "Los criterios ESG son engañosos en términos de medición del riesgo real".
- O "los ESG no te dicen cómo medir el riesgo climático".
Todas estas afirmaciones son válidas y reflejan la comprensión de cada persona de las cuestiones medioambientales, sociales y de gobernanza. Independientemente de cómo perciba una persona el tema, los resultados ESG son un factor en las evaluaciones del riesgo crediticio.
Para prosperar, las organizaciones tendrán que hacer evolucionar sus prácticas de gestión de riesgos, incluidas las afectadas por el riesgo ESG. Esto implica tener en cuenta factores de riesgo climático no necesariamente cubiertos por los marcos ESG tradicionales.
La banca en 2035: ¿qué nos depara el futuro?
¿Qué tendencias influirán probablemente más en el sector bancario durante la próxima década? Para averiguarlo, Economist Impact encuestó a 500 ejecutivos de bancos de todo el mundo. Dos de cada cinco identificaron los ESG como una de las áreas con más oportunidades para sus organizaciones.
Factores, calificaciones y marcos ESG: un vistazo entre bastidores
Los administradores de riesgos suelen buscar una elevada calificación ESG a la hora de tomar decisiones sobre el riesgo crediticio. Pero no es una tarea sencilla.
Las calificaciones ESG abarcan un amplio conjunto de factores, como la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, la igualdad entre personas, el tratamiento de residuos, el uso del agua, el uso de la energía, los riesgos de gobierno, las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y otros. Además de los diversos factores que subyacen a una calificación ESG, los distintos marcos ESG se basan en criterios y ponderaciones diferentes.
Una misma empresa puede obtener diferentes calificaciones ESG, dependiendo del marco que utilicen. Y esas calificaciones podrían no reflejar los riesgos reales a los que está expuesta la empresa.
Es imprescindible comprender el marco subyacente de una calificación ESG antes de utilizar esta información para respaldar las decisiones de inversión. Esto puede ser difícil, porque los detalles subyacentes pueden no estar fácilmente disponibles.
Los profesionales del riesgo y el cumplimiento necesitan una mayor transparencia sobre lo que cubre un marco ESG. También deben garantizar que las medidas más recientes, como los factores de riesgo climático, se tengan suficientemente en cuenta.
Los ESG: demasiado trabajo para agruparlos en una sola agrupación
Tomemos como ejemplo una empresa petrolera. En función del marco utilizado y de la ponderación de cada aspecto ESG, una empresa petrolera puede tener una calificación ESG alta, aunque presente un elevado riesgo de transición climática y, en consecuencia, un elevado riesgo de crédito a largo plazo.
¿Cómo podemos cambiar esta situación? La respuesta es evitar ponerlo todo en el mismo saco de la evaluación ESG.
Por ejemplo, tener un consejo de administración con diversidad étnica o de género no compensa las elevadas emisiones de GEI. Al mismo tiempo, las bajas emisiones de GEI no compensarán el trabajo infantil o la gestión inadecuada de los residuos.
Todos estos temas son demasiado importantes para consolidarlos en una única calificación.
Para prosperar, las organizaciones tendrán que hacer evolucionar sus prácticas de gestión de riesgos, incluidas las afectadas por el riesgo ESG. Esto implica tener en cuenta factores de riesgo climático no necesariamente cubiertos por los marcos ESG tradicionales.
Comparación de la "e" de riesgo medioambiental con el riesgo climático
Parece como si el riesgo climático estuviera cubierto por la "e" de "medio ambiente" bajo el paraguas de ESG. Sin embargo, hay varias diferencias significativas entre los riesgos medioambientales tradicionales y los riesgos climáticos.
Es importante tener en cuenta las diferencias en la forma en que los riesgos medioambientales y climáticos afectan al riesgo crediticio, y cómo pueden gestionarse estos riesgos.
Riesgo medioambiental
- El riesgo medioambiental se mide principalmente como el posible impacto que una empresa puede tener en el medio ambiente.
- El riesgo medioambiental suele ser local y restringirse a la ubicación física de una empresa. Por ejemplo, un vertido de petróleo en el Golfo de México no afectaría al medio ambiente en Japón.
- El riesgo medioambiental puede ser percibido por los sentidos humanos, como oler los humos del tráfico, observar peces muertos en ríos contaminados o tener dificultades para respirar a causa de la contaminación atmosférica
Riesgo climático
- El riesgo climático se refiere a los riesgos que los cambios climáticos plantean para las operaciones de una empresa.
- El impacto del riesgo climático es global y se deriva de las interacciones de las empresas y los individuos con su entorno a través del trabajo y el estilo de vida. Todos podrían quedar afectados, independientemente de su ubicación.
- El riesgo climático sólo puede seguirse y evaluarse con datos de muchos años, como el aumento gradual de la temperatura media, el incremento del nivel de los océanos y la mayor frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos.
ESG tradicionales y riesgo de crédito
Los ESG tradicionales influyen en el sector financiero a través del riesgo que las operaciones de un cliente pueden presentar para el medio ambiente y la sociedad, como fallos que dañen su reputación, afecten a la continuidad de su negocio y den lugar a multas. Los clientes podrían tener un problema medioambiental, como un vertido tóxico. O podrían emplear a un contratista que, sin que ellos lo sepan, utiliza mano de obra esclava.
Estos fallos podrían impedir que un cliente devolviera préstamos y bonos. Las empresas pueden evitarlo respetando los procedimientos de cumplimiento existentes, como las políticas de "conozca a su cliente" (KYC, por las siglas en inglés) y recopilando y evaluando la documentación. Por lo general, se trata de una evaluación binaria: su cliente entra o no dentro de una política de préstamos.
La exposición ESG tradicional puede gestionarse mediante políticas de gobernanza, riesgo y cumplimiento (GRC). Las mejores prácticas incluyen:
- Seguimiento de procesos, indicadores de rendimiento (KPI) e indicadores de riesgo clave (KRI).
- Recogida de incidentes y cuestiones ESG.
- Identificación de problemas y causas.
- Creación de planes de acción, controles y pruebas.
- Auditar todos estos aspectos.
Para evaluar el riesgo crediticio utilizando medidas ESG tradicionales, formule preguntas como las siguientes:
- ¿Las empresas a las que prestamos tienen los certificados laborales oficiales adecuados?
- ¿Están presentes en las listas negras de las organizaciones no gubernamentales (ONG)?
- ¿Las ha auditado una empresa de auditoría acreditada?
- ¿Pueden verse afectadas por los riesgos ESG de otros integrantes de su cadena de suministro?
Riesgo climático y riesgo de crédito: medidas de amplio alcance
Desde una perspectiva crediticia, el riesgo climático mide la exposición al aumento de las temperaturas asociado a las emisiones de GEI y los efectos derivados, como la subida de los océanos y la mayor frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos. Las evaluaciones del riesgo de crédito también incorporan el mayor coste de mitigar estas emisiones.
El riesgo climático recibió una mayor atención por parte de las Naciones Unidas a través de la Conferencia de las Partes (COP). En respuesta a la COP, varios reguladores financieros de todo el mundo están formalizando marcos. Asimismo, varios bancos están adoptando objetivos voluntarios para las emisiones de GEI, no solo de sus instituciones, sino también de sus carteras de préstamos. Esto refleja una nueva mentalidad en torno al riesgo climático.
Para gestionar el riesgo climático, las instituciones financieras deben tener en cuenta tres elementos:
- Cero emisiones netas de GEI.
- Riesgo físico.
- Riesgo de transición.
Emisiones netas de GEI cero
La Coalición Cero Neto es un compromiso voluntario para reducir los GEI a niveles lo más cercanos posible a cero. De acuerdo con estos objetivos, las organizaciones (incluidos los bancos) pueden mejorar sus operaciones para reducir los GEI o compensar las emisiones mediante proyectos que capten gases de efecto invernadero (o eviten nuevas emisiones) y generen créditos de carbono equivalentes.
A primera vista, parece que las instituciones financieras deberían tener unas emisiones mínimas porque principalmente procesan datos, y eso sería fácil de mitigar mejorando la eficiencia y el consumo energéticos. Sin embargo, la mayor parte de las emisiones de un banco -también las más difíciles de reducir- proceden de sus préstamos.
Por ejemplo, cuando un banco tramita una solicitud de préstamo para un coche, debe tener en cuenta todas las emisiones del vehículo durante su vida útil, porque el préstamo permitió la venta de un coche que de otro modo no se habría producido. En consecuencia, el tipo de interés del préstamo debería incluir un "diferencial de carbono" para cubrir los costos de adquisición de créditos de carbono para mitigar estas emisiones. Esto haría que el préstamo fuera "libre de carbono".
La inclusión de la contabilidad del "diferencial de carbono" tiene un amplio alcance.
Varias instituciones financieras ya se han comprometido a reducir las emisiones en un 50 % para 2030 y alcanzar el objetivo de cero emisiones netas en 2050. Sin embargo, todas las actividades económicas tendrían diferentes diferenciales en función de la magnitud de sus emisiones de gases de efecto invernadero.
A medida que la contabilización del diferencial de carbono se convierta en la norma del sistema financiero mundial, veremos cómo impulsa cambios económicos esenciales. La concesión de préstamos a sectores de la economía con elevadas emisiones de carbono puede resultar cara y, en última instancia, inviable desde un punto de vista económico.
Desde la perspectiva de un banco, la optimización de la cartera requiere herramientas capaces de simular nuevos factores de riesgo, como las emisiones de los clientes y sus préstamos. Estas herramientas permitirán a las instituciones financieras simular diferentes estrategias de cartera y escenarios con precios fluctuantes de los créditos de carbono.
Con el tiempo, el precio de los créditos de carbono se convertirá en un factor de riesgo tan importante como el tipo de interés y afectará a la contabilización del diferencial de carbono. Medir eficazmente estos riesgos ayudará a los bancos a desarrollar una estrategia de sostenibilidad a largo plazo.
Generación de créditos de carbono
Generar créditos de carbono tampoco es sencillo. Un proyecto que reduce la huella de carbono no genera necesariamente créditos de carbono. Solo lo hace si su viabilidad económica depende de los ingresos adicionales procedentes de los créditos de carbono generados.
Por ejemplo, si una ciudad invierte en autobuses eléctricos porque ofrecen la mejor opción económica, no genera créditos de carbono. Hacer lo que se haría de todos modos no genera créditos de carbono. En este caso, la compra de autobuses eléctricos sería el escenario base.
Por otro lado, si los autobuses eléctricos son más caros que los tradicionales, entonces el escenario base es comprar los autobuses tradicionales. Dado que los autobuses eléctricos reducirían las emisiones en un escenario alternativo, la ciudad podría emitir bonos de crédito de carbono para adquirir los ingresos adicionales necesarios para comprar los autobuses eléctricos. La diferencia de emisiones entre los dos escenarios sería la base del valor de estos bonos.
Todos los créditos de carbono deben auditarse para comparar el escenario base con el escenario de créditos de carbono. Esto puede suponer un reto, ya que no existe una metodología normalizada para calcular la diferencia. Además, siempre hay lugar para la interpretación, el lavado ecológico y los procesos de certificación inadecuados.
¿Un cambio de paradigma para los bancos?
Según The Economist Impact, el futuro de la banca podría pasar por un "cambio de paradigma de la acción climática" instigado por las presiones de consumidores e inversores.
Para tener éxito en este entorno, los bancos tendrán que cambiar sus culturas organizativas para integrar las cuestiones ESG en las estrategias básicas. En particular, existe una disyuntiva entre los imperativos de beneficios a corto plazo y la creación de valor a largo plazo a partir de la integración de los criterios ESG.
Haga clic en la infografía para obtener más información.
Riesgo físico.
Cuando las operaciones de una empresa se ven perturbadas por fenómenos meteorológicos extremos o cambios en los patrones climáticos, se habla de riesgo físico. Algunos ejemplos son acontecimientos como:
- Sequía.
- Inundaciones y huracanes.
- Desertificación (que afecta a los cambios en la disponibilidad de agua).
- Cambios en la temperatura media e impactos en la agricultura (como en los cultivos).
- Subida de los océanos.
A escala mundial, los modelos de crédito ya incorporan indirectamente los riesgos de fenómenos meteorológicos extremos. A la hora de conceder un préstamo a un cliente agrícola, los bancos tienen en cuenta la posibilidad de que este no pueda devolverlo a consecuencia de una sequía. Y para los préstamos inmobiliarios, los bancos suelen exigir un seguro que cubra la probabilidad de sucesos relacionados con el clima, como las inundaciones.
El mayor desafío es prever los cambios en el tiempo de la probabilidad de que se produzcan estos fenómenos extremos. La mayoría de los expertos prevén que el aumento de las temperaturas incrementará su frecuencia.
El punto de partida es revisar los datos disponibles, identificar las pérdidas crediticias pasadas y asociarlas a fenómenos meteorológicos extremos. Los registros meteorológicos públicos y precisos de los institutos gubernamentales y de investigación proporcionan desviaciones de la media de lluvia y viento prevista para cada región por estación. Los científicos de datos pueden correlacionar las pérdidas crediticias con estas desviaciones y, a continuación, crear:
- Una definición interna de los acontecimientos extremos.
- Modelar curvas de distribución para representar la frecuencia y la gravedad.
Los científicos de datos también pueden identificar tendencias en la frecuencia a lo largo del tiempo, basándose en un análisis lo suficientemente granular como para considerar la vulnerabilidad de cada ubicación específica.
Los dos modelos (frecuencia y gravedad) pueden combinarse utilizando metodologías tradicionales de previsión del riesgo operativo. A partir de ahí, una empresa puede calcular la pérdida operativa inesperada dentro de un determinado intervalo de confianza, lo que da lugar a un cálculo del capital necesario para cubrir el riesgo y el diferencial que se requiere en los préstamos.
Sin embargo, los cambios meteorológicos y la subida de los océanos son difíciles de predecir, porque estamos hablando de horizontes muy largos y de una ciencia relativamente nueva. En este caso, las empresas tendrán que recurrir a simulaciones y análisis hipotéticos.
- ¿Y si el aumento de las temperaturas obliga a un agricultor a cultivar uvas en lugar de caña de azúcar?
- ¿Debe un banco conceder un préstamo inmobiliario a 30 años para un solar que puede quedar bajo el agua en un plazo de 30 a 50 años?
- ¿Es probable que un cliente deje de pagar si sabe que su propiedad puede carecer de valor cuando se pague?
Riesgo de transición.
El riesgo de transición se deriva de la interrupción de las operaciones de una empresa debido a los cambios en los requisitos normativos y en los comportamientos y valores de las personas.
Es difícil predecir todas las repercusiones del riesgo de transición.
Algunos países europeos ya han establecido nuevas normas que prohíben la venta de vehículos de combustibles fósiles a partir de 2030, por ejemplo. ¿Qué ocurrirá con las industrias del motor de estos países? ¿Y las gasolineras y los proveedores de servicios? Tendrán que adaptarse o dejar el negocio. Los mecánicos tendrán que reciclarse y especializarse en vehículos eléctricos (VE), las gasolineras podrían convertirse en estaciones de cambio de baterías, etc.
Las entidades financieras deben tener en cuenta estos cambios a la hora de conceder préstamos, ya que podrían no recuperar su dinero de empresas con un futuro incierto.
En estos casos, hay que centrarse en el análisis de hipótesis. Un banco debe ser capaz de simular su cartera bajo diferentes normativas:
- ¿Qué ocurre si se reduce la superficie legal permitida para plantar?
- ¿Y si se cobra un suplemento por la energía derivada de combustibles fósiles?
- ¿Y si existe una exención fiscal para la generación de energía limpia?
- ¿Y si se prohíbe el carbón mineral?
Los bancos prestamistas deben emplear una plataforma que pueda simular su cartera en cada escenario, desde cambios en los patrones climáticos hasta nuevas normativas. Esto permitirá al banco elegir la exposición con la que se sienta más cómodo, incluso en el peor de los casos.
Hasta la fecha, la mayoría de las pruebas de resistencia y otros ejercicios analíticos del riesgo climático se han realizado de forma aislada. En el futuro, los reguladores esperarán que se realicen dentro de los marcos analíticos reguladores existentes, lo que significa que los datos tendrán que estar adecuadamente gobernados e integrados con los datos existentes, los modelos tendrán que ser auditados y validados, y todos los cálculos y decisiones posteriores estarán sujetos a requisitos reguladores y legales.
Para garantizar el éxito de la integración, las instituciones financieras deberán:
- Prever cómo encaja la analítica del riesgo climático en este proceso.
- Identificar todas las lagunas.
- Estar preparados para abordar las lagunas.
Una forma integrada de abordar los riesgos ESG y climáticos tradicionales
Con un marco cualitativo e integrado de gestión de riesgos y gobernanza, las empresas están mejor posicionadas para comprender y gestionar los matices de la información ESG, al tiempo que apoyan la evolución de la gestión del riesgo financiero relacionado con el clima.
Mediante el uso de SAS®, su banco puede supervisar los procesos, validar el cumplimiento y auditar las políticas de principio a fin, y los científicos de datos pueden modelar y simular más fácilmente las repercusiones de las emisiones, el clima y las nuevas normativas.
SAS le ayuda a simular distintas composiciones de cartera con emisiones de GEI, políticas de crédito y escenarios hipotéticos. Esto permite estimar las composiciones ideales de la cartera en función de distintos precios de los créditos de carbono y diseñar una estrategia óptima para reducir las emisiones de carbono derivadas de la cartera de préstamos. Incluso puede poner a prueba esta composición ideal de la cartera frente a diversos patrones climáticos cambiantes y escenarios de transición.
La banca en 2035: Explore los datos de las encuestas
¿Pueden las empresas de servicios financieros obtener beneficios al tiempo que mejoran la sociedad? Según una encuesta mundial sobre banca realizada por Economist Impact, el 82 % de los directivos de banca dicen que sí. La banca orientada a objetivos es el futuro de la banca, según muchos ejecutivos y directivos. De hecho, el 76 % cree que la industria tiene la obligación de abordar las necesidades y los problemas de la sociedad.
Acerca del autor
Renato Fiorini cuenta con 20 años de experiencia en mercados financieros y empresas de software, con conocimientos especializados en riesgo de crédito (minorista y corporativo), riesgo de mercado, riesgo operacional y cumplimiento de la normativa. Ha liderado las soluciones de riesgo para SAS Latinoamérica y la práctica de Pequeñas y Medianas Empresas de Estados Unidos desde 2015. Fiorini apoya múltiples procesos de ventas e implementaciones y promueve el crecimiento de la cultura del riesgo en SAS.
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