Las infraestructuras de salud públicas requieren desesperadamente una modernización
Por: Meghan Schaeffer, Asesora de salud pública nacional y epidemióloga, SAS
Cuando el huracán Sally llegó a las costas del norte de Florida y Alabama en septiembre de 2020, los equipos de prevención de emergencias y los funcionarios de salud pública estaban preocupados por la seguridad de los alimentos y el agua. Y, efectivamente, el huracán causó problemas de los dos tipos. Al poco de haber pasado el huracán, los casos de Giardia (una enfermedad relacionada con el suministro de agua) y hepatitis aumentaron en el norte de Florida. A pesar de ello, estos incrementos pasaron desapercibidos en su mayoría. ¿Por qué?
Los expertos pueden calibrar la seguridad de los alimentos y el agua monitorizando las enfermedades notificables y realizando pruebas de calidad de agua. Aun así, es poco habitual que estas fuentes de datos se triangulen para que se usen a la hora de distribuir los recursos de emergencia. Las infraestructuras de salud pública no admiten estas conexiones o intercambios de datos en tiempo real.
Para prepararse rápidamente y responder a los resultados de desastres naturales como huracanes, o eventos como una pandemia , nuestras infraestructuras de salud pública necesitan rediseñarse para ayudarnos rápidamente a:
- Obtener datos relevantes sobre salud, para integrarlos y estructurarlos para optimizar el análisis.
- Examinar los datos para identificar situaciones de interés y tomar decisiones basadas en datos.
- Comunicar y compartir datos de formas accesibles y fáciles de entender por el público, los líderes gubernamentales, los políticos y los medios de comunicación.
- Realizar evaluaciones sanitarias basadas en pruebas usando mediciones informadas y sólidas.
La urgencia crece
A medida que el clima global cambia y las personas se desplazan cada vez más, es urgente detectar la repercusión que esto tiene en la salud humana. Tanto si se trata de un desastre natural, nuevas interacciones entre animales que conllevan nuevas enfermedades o la emergencia de una enfermedad ya existente en una nueva localización, nuestras infraestructuras públicas de salud deben ser capaces de gestionar los desafíos del futuro. Si las infraestructuras de salud pública no se modernizan, evidentemente esto va en detrimento de la salud pública de la población.
Como ciudadanos, nos damos cuenta de las señales obvias de la decadencia de las infraestructuras físicas: puentes que se caen, baches en las carreteras o el tráfico intenso en autopistas sobre utilizadas . A pesar de ello, la salud pública funciona mejor cuando no se ve. Los efectos de las infraestructuras de salud pública negligidas se vuelven aparentes cuando no se contiene un brote, cuando durante meses no se detecta una nueva enfermedad o cuando nunca se evidencia el progreso a la hora de eliminar las disparidades raciales y étnicas.
A pesar de la emergencia de tres cepas de coronavirus nuevas para los humanos en los últimos 18 años, las organizaciones de salud pública de los Estados Unidos experimentaron una reducción del 10 % en el presupuesto federal y estatal y la misma disminución en su personal. Ahora es el momento de construir una infraestructura para las generaciones futuras.
Una llamada para la modernización de los servicios de salud públicos
Los beneficios de modernizar las infraestructuras de salud públicas son de amplio alcance, y mejoran drásticamente nuestra capacidad para proteger la salud pública, predecir el futuro de los problemas que surjan y solucionar rápidamente las cuestiones que ya afrontamos en la actualidad. Ahora es el momento de actuar.
Entender las infraestructuras que se esconden detrás de la salud pública
La base de las infraestructuras de salud pública —tanto si son departamentos de salud pública, el Departamento de Salud y Servicios humanos (DHHS) de Washington, DC u otras agencias de salud públicas—, son las infraestructuras técnicas. Como la sanidad, las decisiones sobre la protección y la promoción de la salud pública se toman teniendo en cuenta los datos. Los sistemas de sanidad se crean para capturar, integrar, transmitir y recibir grandes cantidades de datos de una persona. Estos sistemas empezaron a dirigirse hacia la interconectividad nacional hace tiempo, un esfuerzo que continúa haciéndose hoy en día.
La salud pública sigue llena de registros de inmunización con entradas repetidas, sistemas de enfermedades que no se pueden escalar, servidores anticuados, accesos dificultosos e ineficaces a los datos y herramientas estadísticas pasadas de moda. A pesar de que existen conexiones entre los proveedores de información sobre salud y la sanidad pública, la conectividad generalizada es difícil de alcanzar. En sanidad, los centros de Medicare y los servicios Medicaid realizaron un cambio uniforme al requerir intercambios de informes electrónicos de salud a través de un uso significativo. La sanidad pública carece de una zanahoria similar para incentivar este cambio.
Aunque la coordinación de los datos es fundamental l, la salud pública juega un papel más amplio en la promoción de la salud de las comunidades. Las agencias de salud pública gestionan un sinfín de problemas complejos, como por ejemplo:
- Evaluaciones de necesidades de salud para la comunidad y planificación de mejoras sanitarias.
- Provisión y coordinación de servicios de salud mental.
- Programas de salud materno-infantil, como aquellos destinados a mujeres, bebés y niños (WIC).
- Prevención de accidentes infantiles.
- Programas de igualdad en la salud y eliminación de las diferencias.
- Gestión de enfermedades crónicas.
Las agencias de salud pública deben ser expertas en flexibilizar las crisis sanitarias longitudinales, así como las emergencias agudas. Una infraestructura de salud pública adecuada es esencial para su éxito.
La salud pública sigue llena de registros de inmunización con entradas repetidas, sistemas de enfermedades que no se pueden escalar, servidores anticuados, accesos dificultosos e ineficaces a los datos y herramientas estadísticas pasadas de moda. Meghan Schaeffer Asesora de salud pública nacional y epidemióloga SAS
Vigilancia y análisis avanzados
El panorama de la vigilancia es complejo y a menudo inconexo. Hay más de 120 enfermedades infecciosas notificables a nivel nacional solo en los Estados Unidos. Después de una investigación con agencias locales, cada estado informó de un subgrupo de estas enfermedades, enviando los datos a los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC).
Respecto a cómo los eventos de salud pública se identifican, investigan y comunican, los expertos en salud a menudo realizan tareas clave usando una pequeña recopilación de tecnologías. Los datos sobre eventos sanitarios y datos de vigilancia raramente se integran mediante intercambios de información sanitaria (HIE) o informes electrónicos sobre salud (EHR). La mayoría de estados que gestionan el Sistema nacional de vigilancia de enfermedades de declaración obligatoria (NNDSS) simplemente aceptan informes, los pasan a las autoridades locales, y luego los vuelven a enviar al CDC.
Encima de este impresionante volumen —es decir, tener que informar rutinariamente sobre más de 120 enfermedades notificables—, hay otros desafíos de infraestructuras asociados con los sistemas de vigilancia:
- Dificultad para acceder a los datos.
- Procesos manuales y falta de informes automatizados.
- Problemas con los informes intra-agencia.
- Sistemas en silos que no se pueden escalar.
- Desafíos a la hora de realizar los análisis dentro de los sistemas de vigilancia.
- Obstáculos en gestionar las funciones de usuario y accesos (permisos).
Caso concreto: Dengue
Hemos visto recientemente cambios en el tipo de mosquitos Aedes aegypti que pueden transmitir el dengue: el virus causado por picadura de mosquito más común y que se extiende más rápido en todo el mundo. Estos mosquitos que transmiten enfermedades normalmente residen en los climas cálidos. En los últimos años, se han detectado A. aegypti en Florida. Esto ha causado un repunte significativo de los casos de dengue, que ahora se considera una enfermedad endémica. El calentamiento de las aguas del océano y la prolongación del verano han dado a estos mosquitos la oportunidad de emerger en un nuevo entorno.
No existe tratamiento o vacuna para esta enfermedad. Combatir el dengue requiere usar medidas de control de vectores para proteger a las poblaciones de las áreas vulnerables. Los datos de vigilancia, ya sea monitorizando los animales centinela o tomando muestras de los mosquitos, ayudan a determinar dónde se tienen que dirigir los esfuerzos de mitigación y mejorar la detección de la enfermedad. El vector de los mosquitos probablemente se dirigirá con el tiempo hacia el norte. Cuando esto pase, el sistema de salud público debe estar preparado para recopilar la información esencial sobre los casos de dengue, comunicar la presencia de la enfermedad a los profesionales de la salud y explicar al público que debe tomar precauciones.
El dengue no es un incidente aislado. La emergencia del virus Hendra en Australia se produjo cuando se obligó a los murciélagos a cambiar de hábitat. El virus de Zika aumentó muchísimo con la explosión de su vector de mosquitos combinado con la prevalencia de los viajes internacionales. El H1N1 emergió como un virus de base triple —con partes de genes porcinos, aviares y humanos— y esto permitió que infectara a muchas especies, incluyendo a los humanos.
Este tipo de situaciones ya no son tan extrañas y poco usuales. A pesar de que la ciencia de la genómica patógena ha avanzado muchísimo, aún no podemos predecir cuándo emergerán nuevas amenazas para la salud humana.
Oportunidades para el futuro de la salud pública
La reciente pandemia ha renovado el gran interés por la inversión en la salud pública. Mientras nos vamos recuperando, tenemos una oportunidad única ante nosotros. Rediseñar las infraestructuras de salud pública es el paso primero y más importante para fortalecerlas a largo plazo.
Las infraestructuras de datos empresariales, tanto si se gestionan por parte del estado o lo hacen las agencias, deben diseñarse para su eficiencia, escalabilidad e interoperabilidad . Hay grandes opciones para el hospedaje de datos, ya sea en la nube o en los centros. La experiencia del sector privado en el uso de arquitecturas de datos avanzadas es remarcable: la sanidad pública puede ahora explorar el arte de lo posible.
Sistemas de captura de datos, como los que se dedican a notificar enfermedades, a la inmunización o los registros para el cáncer, deben rediseñarse para escalar y albergar la información que la salud pública requiere, y para la información que el público desea. En lugar de confiar en pequeños presupuestos y compromisos por plazos limitados, los vendedores y agencias deberían colaborar para crear soluciones más amplias y refinadas, asegurando la transferencia de conocimientos para su sostenibilidad.
El elemento final que se necesita en las infraestructuras de salud pública es la pieza más visible para aquellos que están fuera del sistema de salud pública: la visualización. En los últimos años, el uso de múltiples herramientas para publicar datos de salud pública se ha convertido en una práctica estándar. No muchas de estas herramientas permiten la preparación, el análisis o el modelado de los datos —junto con la visualización— en un solo sitio.
Visualizaciones de datos: El glaseado del pastel de datos
Con las visualizaciones correctas, los epidemiólogos pueden conseguir información rápida sobre conjuntos de problemas, áreas en las que se ha incrementado el recuento de casos, aumentos de la enfermedad y nuevos patógenos potenciales. Las visualizaciones, tal como hemos visto con la COVID-19, también ofrecen al público una información muy necesaria sobre qué enfermedad está progresando, dónde y cómo.
Por desgracia, los paneles informativos sobre enfermedades están muy pasados de moda y se encuentran en las profundidades de archivos en PDF. Con la dificultad de extraer datos de los sistemas de investigación de casos, los analistas pasan la mayor parte del tiempo limpiando datos en lugar de interpretarlos y compartirlos.
El público y los medios de comunicación nunca antes han estado tan interesados en los datos sobre salud pública. Al inicio de la pandemia de la COVID-19, muchas agencias de salud pública tuvieron verdaderos problemas para elaborar datos en tiempo real para mostrar, unos datos que eran urgentes y necesarios para hacerse a la idea de la situación. A medida que la pandemia avanza mediante diferentes olas continuadas, y la salud pública se adapta a las necesidades de visualizaciones a largo plazo, muchas personas intentan integrar los programas estadísticos, incluso múltiples lenguajes y visualizaciones de programas, en un solo espacio. Este enfoque integrativo se usa ampliamente en los sectores privados, desde la banca hasta el comercio. La salud pública ahora tiene los medios para acceder a estas herramientas esenciales.
La necesidad de conexiones
La salud pública ya se está moviendo en la dirección de la modernización. Al tiempo que las infraestructuras, los sistemas y las herramientas de análisis se renuevan, otro juego de relaciones debe formarse entre la asistencia sanitaria y la salud pública.
La asistencia sanitaria tiene un asiento de primera fila para observar lo que será la nueva emergencia de salud pública, pero su alcance se limita a aquellos que buscan asistencia dentro de su sistema o a los datos aprobados para compartir entre los sistemas. Agregar los datos de salud pública y los profesionales de la salud en tiempo real es la única forma de adelantarnos a una crisis de salud pública. A medida que la salud pública renueva sus infraestructuras, debe prepararse para aceptar los mensajes en tiempo real, el intercambio de datos con HIE, recibir informes de casos de forma electrónica y permitir la recepción de casos de interés desconocidos.
Las conexiones dentro de varios niveles del gobierno también son importantes. El CDC se está embarcando en una iniciativa de modernización de datos a veinte años vista. Sus más de 700 sistemas de datos migrarán a un almacenamiento más eficaz para facilitar un mejor intercambio de información entre agencias federales, socios estatales y locales e incluso más allá de las fronteras nacionales.
Una visión a largo plazo para las infraestructuras de salud pública
Sea cual sea el objetivo –de prevenir o tratar enfermedades infecciosas, planificar y responder a emergencias, a simplemente promover la salud entre los ciudadanos– las infraestructuras de salud pública son la clave del éxito. Con la implementación del tipo adecuado de infraestructura se pueden reunir y analizar rápidamente los datos, compartirlos y tomar decisiones más inteligentes y rápidas que permitan responder de manera eficiente a un sinfín de necesidades de salud pública.
Muchos expertos en salud pública se desalentaron al comprobar la respuesta a la pandemia de la COVID-19. No fue por falta de esfuerzo, habilidad o compasión. Nuestro sistema de infraestructuras de salud pública simplemente no tenía la capacidad, estaba infra financiado , anticuado y no preparado para esta tarea. Ahora sabemos lo que pasa cuando se mira y se escucha a la salud pública. Necesitamos impulsar hacia el futuro y que el silencio de la salud pública sea la norma.
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