Adaptarse a la disrupción y vivir en un contexto de incertidumbre se ha convertido en la norma en estos últimos años.  Pero también está ocurriendo algo más. A pesar del estrés en la cadena de suministro o el deterioro del medioambiente, las organizaciones son optimistas según aumenta su capacidad de resiliencia. 

A veces, incluso cuando es imposible anticiparse a los cambios, se puede reaccionar con rapidez y adaptarse a éstos con agilidad. En este contexto, la curiosidad es una cualidad indispensable para entender qué está ocurriendo.  También es posible fomentar una cultura corporativa basada en los datos. Es una oportunidad para ampliar seguir creciendo de una manera responsable y ética. En definitiva, en tiempos de disrupción, la innovación es posible gracias a la analítica avanzada, herramienta clave para acelerar el cambio. 

En nuestra investigación en torno a las ‘Claves para la Resiliencia’ hemos estudiado cada uno de estos comportamientos y desde SAS estamos encantados de compartir lo que hemos aprendido para que las empresas y administraciones públicas también puedan ser más resilientes.